LICRY BICARD RETROSPECTIVA

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ELLA, SUS PERSONAJES Y NOSOTROS

Licry Bicard es, sin lugar a dudas, una persona muy especial. Su fuerza y vitalidad nos sorprenden en cada encuentro, que siempre termina con la promesa de uno nuevo aún más intenso. Y así sucede.

Esta energía desbordante, me atrevo a decir, es el denominador común de su trabajo artístico, el cual presentamos en esta exposición retrospectiva que, bajo el cuidado de Jorge Palomo, incluye ochenta y una obras, fruto de cuarenta y cinco años de incansable labor.

Este conjunto de pinturas, dibujos, grabados y escultura en hierro, aparte de llevarnos a lo largo de los años y de sus diferentes etapas, nos permiten redescubrir la esencia de la artista: siempre innovadora, inquieta, audaz, inconforme y tenaz.

Esos rasgos de su personalidad, al fundirse con su sólida formación, generan una obra en apariencia muy distinta pero que, en esencia, es la misma. Es Licry.

La artista, en su momento y tal como queda registrado en el texto curatorial, expresó: «Desde muy temprana edad, las ideas y el juego nos llevan a construir sueños sobre los cuales construimos nuestras vidas». Hoy, al ver hacia atrás y recorrer y, muy especialmente, al reconocer su importante trayectoria, lo que hacemos es corroborar lo expresado y descubrir que en el mundo que ha creado habitan ella, sus personajes y

nosotros.

María Marta de Regalado

Presidenta / Asociación Museo de Arte de El Salvador

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LICRY BICARD, RETROSPECTIVA

Conocida en nuestro medio como Licry Bicard, abarca cuarenta y cinco años de producción artística e incluye ochenta y una obras, entre ellas pinturas, dibujos, grabados y esculturas en hierro. Es una producción ligada íntimamente a su vida y a sus recuerdos de infancia, al conflicto armado que vivimos como sociedad durante la década de los ochenta, al interés por lo esotérico y simbólico y al paisaje y las leyendas nacionales.

La exhibición está organizada en orden cronológico, e incluye diversas etapas. Su obra temprana cubre los primeros quince años de producción desde 1970 en pinturas, dibujos y grabados, momentos en que la artista busca y encuentra su propia visión y estilo. Continúa con el tema nostálgico de la niñez, el simbolismo en tótems pintados y su etapa de Abstracción, en la que la artista encuentra un nuevo lenguaje visual que la libera de muchos de los estilos previamente utilizados, y donde el color renace de manera fulgurante. Pasamos luego a la obra de la década de los noventa, donde predomina el tema prehispánico, las leyendas del Cipitío y del sitio arqueológico de Joya de Cerén, en piezas simbólicas y expresivas. En las siguientes secciones, vemos los temas que predominan en su obra madura y actual: paisajes, rayas y texturas, y dibujos y garabatos. En ellos encontraremos la preocupación por la erosión de los suelos plasmada en vistas, en ocasiones bellas y en otras, alarmantes; pinturas y dibujos que sin representar cosa alguna, muestran un horror al vacío, así como colores simbólicos; y muñecos burlones y alegres que comentan sobre la sociedad y la vida diaria.

En su larga trayectoria se le ha visto desarrollarse con esmero desde una pintora y dibujante naíf, a una artista propia del medio nacional con obras del realismo mágico durante la década de los ochenta, y a una artista de corte abstracto y expresionista en el presente. Ha sido representada por las más importantes galerías del país, entre ellas la Galería El Laberinto, la Galería 1-2-3 y la Galería Espacio. Su obra está en las colecciones públicas y corporativas más importantes del país.

Sus aportes más destacados al arte nacional han sido la inclusión de temas prehispánicos, exquisitos grabados en monotipo, sus pinturas del paisaje, una rica exploración de los límites de los materiales plásticos, y una prolífica producción de dibujos que logran hacernos reír en medio de su crítica social.

Lilian Cristina Andreu de Bicard nació en San Salvador en 1944. Es artista, profesora de arte y restauradora. Desde 1969 hasta 2004 recibió cursos y talleres de pintura, dibujo, grabado y escultura con artistas nacionales y extranjeros, entre ellos: Pedro Acosta García (1969), el padre Antonio de Colsa (español, 1971); Miyako Aoki (japonesa), José S. Carralero (español), Negra Alvarez y Valero Lecha (español) en el Centro Nacional de Artes (CENAR, 1971-72); Miguel Ángel Polanco (1976); Benjamín Saúl (español, 1978-79); el Arq. José Roberto Suárez (1982); Víctor Gómez (cubano, 1983); Gloria Maya (estadounidense, 1987), y Miguel Martino (argentino, 2002). De estos, las enseñanzas de dibujo de Saúl son las que más impactaron su formación.

Como profesora, además de dar clases de arte desde su estudio durante la década de los ochenta, enseñó dibujo de la figura humana en la Universidad Doctor José Matías Delgado, en 1990. Desde 2002 realiza talleres de arte para niños. Es restauradora de obras de arte desde 1996, bajo la dirección del maestro español Roberto Arce, a quien considera su otra gran influencia formativa. Bicard fue fundadora de la Asociación de Artistas Plásticos de El Salvador (ADAPES), donde ocupó el puesto de Tesorera en 1990, y de Vicepresidenta entre 2007 y 2008.

Actualmente, es la Presidenta del Instituto Cultural El Salvador-Israel. Ha viajado por Norte, Centro y Sudamérica, Europa y Medio Oriente. Reside actualmente en San Salvador con su esposo Leopoldo. Tiene tres hijos: Raquel, Mónica y Mauricio.

Su obra incluye pintura, dibujo, grabado, escultura e instalación. Su temática es variada, desde figuración, paisaje y bodegones hasta arqueología. Su trabajo se ha desarrollado en diversos estilos, donde los más importantes son el realismo mágico, la abstracción y el expresionismo. Comenzó a exhibir en 1970, y ha celebrado veintiséis exposiciones individuales en El Salvador y Costa Rica desde 1980. Ha exhibido en Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá, Chile, Brasil, Argentina, Ecuador, República Dominicana, Puerto Rico, los Países Bajos, España, Francia, Taiwán, Japón e Israel.

Entre sus exhibiciones más importantes están

la XVIII Bienal de Sao Paulo (Brasil, 1985); la Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica en Santo Domingo (República Dominicana, 1992); la IV Bienal Internacional de Pintura de Cuenca (Ecuador, 1994); la V, VI y VII Bienal Internacional de Arte de Valparaíso (Chile; 1981, 1983, 1985); tres exhibiciones colectivas en el Museo de Arte de las Américas de la OEA (Washington D.C.; 1985, 1991 y 1992); Dioses, Espíritus y Leyendas en el Museo del Barrio (Nueva York, 1998) y dos de las muestras nacionales semipermanentes en el Museo de Arte de El Salvador (MARTE): ReVisiones (2007) y Al Compás del Tiempo (2011).

Bicard recibió el premio del Certamen Nacional Calificatorio de Pintura Texaco del Centro Cultural Salvadoreño en 1990; un reconocimiento del Club Rotario de San Salvador en 1999; la distinción Pintora Meritísima de la Asamblea Legislativa en 2004; y fue honrada con el Salón de Pintura en Homenaje a Licry Bicard en el Liceo Francés en 2006.

Su obra forma parte de las colecciones del MARTE, el Museo Forma, la Colección Nacional, el Patronato Pro Patrimonio Cultural, la Pinacoteca de la Universidad Don Bosco, y la del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en Honduras, así como de numerosas colecciones privadas nacionales y en el extranjero.

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